Este programa tiene como objetivo formar personas aptas para ejercer la profesión de educador en guarderías.
El educador en guarderías interviene ante niños de entre 0 y 12 años. Su función principal consiste en crear un medio de vida propicio para el desarrollo físico, psicomotor, cognitivo, lingüístico, socioafectivo y moral del niño estableciendo con él una relación significativa desde el punto de vista afectivo. Su papel es igualmente el de concebir, organizar, animar y evaluar actividades educativas que favorezcan el desarrollo global del niño.
El educador en guarderías deberá establecer una estrecha relación de cooperación con los padres y los demás asociados del medio para que haya una concertación sobre las intervenciones a llevar a cabo con los niños. Debe participar activamente y de manera regular en el trabajo en equipo con sus colegas. Esta función de trabajo exige una gran capacidad de escucha, apertura de espíritu, creatividad y un gran sentido de la organización.
El educador en servicios de guardería puede trabajar en distintos tipos de guarderías: centros de la pequeña infancia (CPI), en establecimientos en medio familiar, servicios de guardería en medio escolar, guarderías privadas, guarderías por hora y jardines de infantes. La polivalencia del educador es entonces un elemento importante porque deberá ser capaz de ejercer su profesión en cada uno de esos ámbitos de guardería.
El programa permite conciliar dos exigencias de la formación colegial, es decir, el dominio de una función técnica y la polivalencia. El dominio de la función técnica se ve asegurada por la adquisición de las competencias particulares necesarias para el ejercicio de la profesión en diferentes ámbitos de guardería. La polivalencia está asegurada, entre otras cosas, por la adquisición de competencias generales que le permitirán al educador de servicios de guardería tener una sólida formación de base en lo que respecta al desarrollo global del niño y poseer nociones de sociología que le permitirán comprender los comportamientos y las necesidades del niño sin importar su edad ni su medio de vida y aplicar principios y técnicas de comunicación y de trabajo en equipo. La polivalencia también está garantizada por la toma en consideración, en las competencias particulares, de los aspectos de trabajo propios a los diversos medios de ejercicio de la profesión, favoreciendo de esta manera la movilidad profesional de la persona.